Yo soy la fresa y tú?
- Dania Decle
- 1 oct 2015
- 3 Min. de lectura
En las últimas semanas he pasado por varias situaciones en donde me he encontrado con personas que catalogan a otras por su forma de vestir, hablar o pensar, por lo que los estereotipos salen a relucir, y etiquetar a alguien que no conoces se vuelve algo muy normal.
Desde que tengo memoria, las personas van por la vida etiquetando a esos valientes que buscan ser diferentes y expresarse tal cual son de manera única y espontánea, desafortunadamente la sociedad busca ponerles algún nombre en particular y encasillarlos de por vida, si es posible.

Aún recuerdo en esa ocasión en donde mi profesor de Literatura me grito frente a todo el salón que aunque fuera bonita no podría ser inteligente porque las niñas guapas eran huecas y no llegaban lejos.
Durante mi tiempo en la prepa crecí con el estigma de que las niñas bonitas no podían ser capaces de lograr grandes cosas, ¡vaya error el de ese profesor!
Pero la verdad es que al principio cuando recibes este tipo de comentarios la inseguridad puede invadirte por completo y es entonces en donde los temores aparecen, incluso, puedes llegar a pensar que todo lo que te dicen es verdad.
Las etiquetas son muchísimas, las hay de hipsters, geeks, mirreyes, creídos, nerds, zorras, nacos, feos pero inteligentes, niñas bien, fresas, alternativos, en fin la lista jamás termina porque hoy en día los términos van cambiando de acuerdo a cada personalidad y estilo.

Te aseguro que tú también has crecido así y que lo único que llegaron a provocar fue una desconfianza enorme y cierto resentimiento social porque aunque no lo veas está ahí de manera inconsciente, y estos resultados pueden llegar a limitarnos y hacer que dejemos de luchar por aquello que realmente queremos por el simple hecho de pensar en el “Qué dirán” y en el “Se supone que yo no soy así”.
Cada uno de nosotros deberíamos pensar en todas esas ocasiones en las que etiquetamos a alguien por su aspecto o por los 3 segundos que las vimos, realmente somos más que apariencias, pero eso se nos llega a olvidar.
Todas las personas tienen una historia, sueños, anhelos, miedos y guerras internas que vencer, pongámonos a pensar en todo eso que no sabemos y deberíamos entender, ya que esas diferencias son las que nos hacen especiales.
Sé que el cambio no será de un día para otro y que por más que yo quiera eso no va a pasar, pero ya es tiempo de vivir y dejar vivir, tomarnos el tiempo necesario para entender a la otra persona y conocer sus motivos y razones, valorar cada cualidad y aceptar esos defectos que nos hacen únicos, es momento de dejar de hacer menos a alguien porque a simple vista su apariencia no nos gusta y dejemos de usar esas etiquetas absurdas que no nos están llevando a ninguna parte.

Las etiquetas simplemente son el invento de las personas que tienen prejuicios y buscan que otros los tengan para no destacar y brillar en un mundo en donde ser igual que los demás es mejor que ser uno mismo.
Deja los límites a un lado y muéstrate como quieres ser, porque naciste para ser único y no igual que todos, cada uno tiene un brillo especial, así que no dejes que se apague.
Hoy puedo decir que al final del día soy yo y nada más, no juego a ser alguien y tampoco pretendo ser la niña 'fresa' que todos creen que no puede con la vida y que sigue en un mundo color rosa, soy Dania, una mujer soñadora que busca alcanzar cada una de sus metas y que quiere ser feliz con todo aquello que le apasiona.
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