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El ciclo sin fin de Agustín Argüello

  • Foto del escritor: Dania Decle
    Dania Decle
  • 29 mar 2016
  • 3 Min. de lectura

Con más de 300 representaciones, El Rey León se ha robado nuestros corazones con las escenas memorables de amor entre Nala y Simba o la escena que nos hizo llorar con la muerte injusta de Mufasa, por lo que al ver ahora a un talentoso elenco internacional formado por Carlos Rivera, Fela Domínguez, Flavio Medina, Shirley Hlashatse y Agustín Argüello, entre otros, nos asegura una sorprendente puesta en escena.


Este sueño comienza en la Sabana entre luces, música y mucho Hakuna Matata, cuando de pronto sale a relucir este ser imponente pero con un corazón enorme, así es hablo de Agustín Argüello quien le da vida a Simba en la producción del musical 'El Rey León' y quien nos comparte un poco de su experiencia.


Agustín audiciono para el personaje de Simba en 2014, al principio entre grabaciones, proyectos y trabajo todo se junto y por distintas razones llegó a dejar inconclusa una de sus audiciones, quedando como cover del ensamble para el musical, posteriormente las audiciones volvieron a abrirse para el reemplazo de Carlos Rivera; fue hasta noviembre del año pasado que recibió la noticia de que sería el nuevo rey de la sabana por lo que el destino una vez más le aseguraba que tenía que formar parte de este gran proyecto.


“Yo siempre he creído en el destino. Estar aquí es cien por ciento del destino, tuvieron que pasar varias cosas desde Argentina para que yo pudiera estar aquí. Esta obra a cambiado mi vida en todos los aspectos” asegura Argüello.

Preparando el terreno


Cada artista tiene su manera de prepararse y sobretodo si se trata de un musical, porque además de cantar, actuar y bailar los actores buscan tocar cada fibra y emocionar a su público y eso lo tiene muy claro Agustín, ya que a pesar de tener la preparación adecuada y el talento que lo caracteriza, sabe que los nervios siempre estarán presentes.


“Yo creo que el día en que ya no haya nervio es cuando ya estás aburrido de lo que haces y es cuando ya no transmites nada, sobretodo la primera escena donde entra Simba es muy fuerte y si no estás emocionado esa falta de sentimiento se transmite, pero a lo largo de la función vas agarrando seguridad y terminas diciendo: Este es mi momento y lo voy a disfrutar” apunta Agustín.


Así como la preparación actoral es importante, tener una buena condición física es esencial, por lo que Agustín ensayaba y practicaba todos los días las coreografías 3 veces seguidas en su roof garden, para poder cantar y bailar al mismo tiempo.

Hakuna Matata: Nada que temer


Las dificultades siempre se hacen presentes cuando las cosas valen la pena, por lo que a veces se tiene que sacrificar mucho por algo grandioso. La principal dificultad con la que se cruzó Agustín fue dejar Argentina y luchar por sus sueños en un nuevo país, también enfrentarse con el miedo de sentir que no lograría sus objetivos o que sería mucha carga.


“El miedo que uno trae encima es el que a veces te limita y en mi caso de repente yo soy muy inseguro y cuando llega el momento de tomar una responsabilidad grande todos tenemos miedos y dudamos de lo que somos capaces” afirma.


Pero a pesar de todos los esfuerzos, sacrificios y situaciones complicadas como el hecho de no tener horarios, descansos o un trabajo fijo, vale mucho la pena por todo lo que proyectos tan imponentes como es el Rey León le han dejado a Agustín, mostrando que no hay nada de que temer y que se puede aplicar la filosofía 'Hakuna Matata' de vez en cuando.


Proyectos de la talla del Rey León dejan mucho a nivel artístico gracias a la experiencia de poder trabajar con personas que llevan años y años en el teatro de México, formando artistas más completos y versátiles al poder acoplarse e interpretar distintos papeles. Haciendo del teatro una escuela diaria.


Pisando fuerte


Por ahora podremos ver a Agustín con el personaje de Simba, alternando con Carlos hasta que la obra concluya. ”Soy una persona que se clava mucho en lo que hace ahora y luego cuando ya este por acabar voy a buscar mi siguiente proyecto” apunta Agustín, quien no descarta la posibilidad de trabajar en alguna novela como personaje antagónico, proyectos creativos, así como cine y seguir con su mayor pasión que es la música.


Pisando fuerte y con todas las ganas del mundo de triunfar, Agustín nos demuestra que el destino existe, pero que hay que luchar para llegar a este con nuestras acciones y esfuerzos, sin dejarnos vencer.

Déjate conquistar con esta maravillosa puesta en escena en el Teatro Telcel de la Ciudad de México.


 
 
 

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